Hace unos días la Dirección del Centro de Educación Infantil y Primaria, CEIP “Juan Yagüe” de Logroño, pedía sugerencias a las familias de los alumnos para cambiar su denominación, que se sabe es ilegal desde 2007. El mismo año, en el que, por ironías de la historia, lo invalidaba la ley de Memoria Histórica, y se abandona definitivamente el edificio, que, con ese nombre u otro parecido, había sido desde 1963 la Escuela del Barrio obrero más reivindicativo de Logroño.
En aquel mismo 2007 se mudaron a las nuevas instalaciones sus alumnos, y con ellos el mismo viejo nombre. Alguien debió pensar que el tiempo había despojado a “Juan Yagüe” de sus galones, de su historial, y de su vida, quedando como un anónimo “Juan Lobo”, del que conocemos poco más que su nombre y una calle de Logroño. Por desgracia no es así, del General Juan Yagüe disponemos una amplia y nada ejemplar biografía.
Ejerciendo sus competencias, la Consejería de Educación ha iniciado el procedimiento de cambio de nombre hace pocas semanas. Con la ley en la mano es ella quien debe aprobar el nombre que proponga la Comunidad Educativa del Centro. La ley autonómica exige también que se atienda la opinión del Ayuntamiento, que se ha pronunciado ya en favor de que lleve el nombre de una riojana. Una opinión que parece más que acertada, dada la ausencia de nombres femeninos en los centros educativos y culturales de Logroño. Desde la Asociación La Barranca, que lleva muchos años luchando para preservar la memoria histórica y democrática en La Rioja, creemos que este cambio es necesario, no solo por el imperativo legal sino también por razones aún más poderosas, como son las históricas, culturales, educativas y políticas.
Históricas porque, aunque es imposible intervenir en el pasado, los ciudadanos de hoy estamos obligados a intentar un futuro mejor trasformando el presente.
Culturales, porque sin el respeto a los Derechos Humanos, los valores cívicos y el reconocimiento de la pluralidad, no se puede garantizar ni la supervivencia ni la dignidad de los ciudadanos en ningún ámbito social.
Educativas, porque el patronazgo de un genocida es contrario a los valores éticos y morales que se deben propagar en un centro de educación.
Y por supuesto también por razones políticas, porque los valores democráticos, el fomento de las libertades y de los derechos individuales deben prevalecer siempre frente a sus enemigos y sus perseguidores.
Hace tiempo que por todas estas razones, desde la Asociación “La Barranca” hemos trabajado en favor del cambio. Han sido numerosos los contactos con la Consejería de Educación, y otros agentes sociales interesados, proponiendo nombres que cumplan su misión con dignidad, nombres de los que nadie tenga que avergonzarse, nombres que pueden y deben recordarse con orgullo. En definitiva, nombres que celebrar.
Por ello venimos proponiendo los de Ana María Matute, María de la O Lejárraga, o María Teresa León. Tres mujeres riojanas de altura humana e intelectual indiscutibles. Basta enumerar los homenajes que las recuerdan en centros de enseñanza, calles, bibliotecas, etc… de todo el país para reconocer su importancia y su legado.
En Logroño, tres calles de nuevo cuño, las honran. Fuera, en el resto de La Rioja, ni siquiera en Mansilla de la Sierra, el lugar origen de la familia de Ana María Matute, escenario de su infancia y razón de su vocación literaria, existe algo que recuerde a esta Académica de la lengua, premio Cervantes, y candidata al Nobel.
La logroñesa y escritora de la generación del 27, María Teresa León, además de un ejemplo de la lucha por la igualdad de la mujer, fue con su regreso del exilio, símbolo de la reconciliación entre españoles después de la dictadura.
La obra de la emilianense María de la O Lejárraga se ha convertido en los últimos años gracias a su estudio y puesta al día, en una de las más destacadas autoras de su época, ganando cada vez más relevancia.
Tres mujeres riojanas que son Historia de España. Tres mujeres que siguen a la espera de un mayor reconocimiento en la Tierra que nunca olvidaron.
Desde La Barranca celebramos que los honores dedicados a un militar golpista y genocida desaparezcan de Logroño, pero sobre todo, nos alegramos porque un centro de Educación infantil, que debe propagar la cultura, y los valores sobre los que se asienta una Sociedad justa, y libre, sirva para recordar el ejemplo y la obra de una de estas tres mujeres. Un ejemplo de vida en el que podrán fijarse las niñas y los niños del siglo XXI.
Logroño, febrero de 2021
José Martín Martínez García
En representación de la Asociación “La Barranca”