Autor: Aitor Hernandez Eguiluz
Año de edición: 2022
El pueblo de las viudas
Por Villamediana de Iregua no pasó la guerra o, mejor sería decir, que del pueblo no acabó de marcharse años después de la caída de Madrid.” Es el inicio de una desgarradora novela histórica cuyo epicentro es el verano y el otoño de 1936. No fue grato para nadie y, mucho menos, para los que vieron en la retaguardia como se escenificaba el abismo existente entre las dos España, para ser luego enterrado en el silencio, para que fuera olvidado.
Con la familia García-Rodríguez asistiremos a la alegría del advenimiento republicano, a la visita al pueblo del Presidente Alcalá Zamora, a los problemas municipales de un pueblo de jornaleros, a la noticia del levantamiento rebelde, a la represión física por parte de los agrarios y a la represión política de los rojos durante la posguerra. Los personajes de uno y otro bando tendrán la ocasión de manifestar el porqué de su actuación. Aunque ninguno pueda negar que, en definitiva, Todos lloraron.
Y presenciaremos el nacimiento de una de las resistencias pasivas más edificante, las Mujeres de negro, y al asentamiento de un lugar vivo de memoria, La Barranca. Es la única victoria, la moral, que se les permitió a las viudas riojanas, simbolizada en Gabina, nuestra protagonista, vecina del pueblo que porcentualmente podemos denominar El pueblo de las viudas.
La novela es un sentido homenaje al Pueblo de Villamediana de Iregua. Es la historia de un GENOCIDIO, como dijo en una entrevista uno de los hijos de los protagonistas, porque los mataron sin juicio previo, la mayoría el 23 y el 24 de noviembre de 1936. Como en todo relato, hay que diferenciar entre la historia y la literatura. La historia, los datos históricos que conocemos, llegan hasta donde llegan, solo nos queda la literatura para rellenar los huecos. Todos lloraron. El pueblo de las viudas habla de eso. ¿Qué pensaban los represaliados antes de morir? ¿Cómo llevaron el luto las mujeres de negro, madres, abuelas, hermanas y qué significaba para ellas? ¿Cómo afrontar la vida sin sus seres queridos y cómo convivir con los verdugos?
¿Por qué el matrimonio de Pedro y de Gabina y su familia? Primero, porque conocí a Gabina y he mantenido amistad con la familia; segundo, porque dan juego narrativo; y tercero, porque valía cualquier familia del pueblo, ya que por encima de todo el relato es colectivo, es la historia de un pueblo sacudido por la sinrazón. Se pueden escribir distintas novelas del mismo pueblo, la intrahistoria (como definió Miguel de Unamuno) de cualquier familia era válida, por supuesto, también la de los “agrarios”, también la del cura…
En esta novela histórica los personajes han sido personas y no me puedo inventar su personalidad, pero sí pensar cómo pudieron ser por los datos objetivos que tenía: pienso que Pedro era una persona que piensa más en los demás que en sí mismo y a la hora de morir se preocupa de que le ocurra a él antes que a su hijo o su padre y cuando va a ser asesinado que todos mantengan su honestidad. Gabina es una abnegada sufridora que no se queja, pero que hace lo que tiene que hacer a pesar de que por dentro esté destrozada. Luego, su nieta me ha confirmado que ella nunca contó nada sobre la guerra, como el resto de supervivientes que aparentaron vivir como si no hubiera ocurrido nada.
También es la historia de un milagro, la tenacidad de un grupo de mujeres que se pusieron de acuerdo sin conocerse y escribieron año tras año en la dehesa de Barrigüelo una de las páginas más destacadas de la memoria histórica. Unas mujeres que con la resistencia pasiva desafiaron a la autoridad para poner el nombre de La Barranca en boca de todos y que con su lucha callada convirtieron un homenaje a sus familiares más allegados en un acto de reivindicación colectivo que no debemos olvidar para mantenerlo más vivo que nunca.
